Aparato
Lagrimal: Anatomía, Fisiología y las patologías más frecuentes.
Anatomía.
La lágrima abandona el ojo por
evaporación y fluyendo a través del
sistema excretor lagrimal, compuesto por los siguientes elementos: Los
puntos lagrimales, los conductos o canalículos lagrimales, el saco lagrimal y
el conducto nasolagrimal.
Glándula lagrimal. Localizada el cuadrante supero externo de la
órbita en la fosa lacrimal, está divida en dos lóbulos por la aponeurosis del
músculo elevador del párpado, estos lóbulos se denominan, Lóbulo orbitario y
Lóbulo palpebral.
Puntos lagrimales. Son pequeñas aberturas de 0’3 mm de diámetro situadas
en el extremo medial de ambos párpados. Se inspeccionan con la eversión de la
cara medial de los mismos.
Conductos o canalículos lagrimales. Los conductos lagrimales están compuestos
por un segmento vertical de unos 2 mm, que empieza en el punto, y otro
horizontal, de unos 8 mm, que se vacía a la pared del saco lagrimal. En el 90%
de los sujetos, los conductos superior e inferior se unen en un conducto común
antes de comunicar con el saco.
Saco lagrimal. Formación cística de unos 10 mm de longitud, situada
en la fosa lagrimal, entre las crestas lagrimales anterior y posterior. Por
delante pasa el tendón cantal interno y por detrás lo hacen los fascículos
profundos del músculo orbicular
pretarsal, sujetos a la fascia del saco.
Conducto nasolagrimal. Continuidad de la parte inferior del saco,
tiene unos 12 mm, y está orientado verticalmente e inclinado ligeramente en
dirección medial y posterior. Drena en la nariz en el meato nasal inferior. En
la unión del conducto y la fosa nasa puede existir un pliegue mucoso (válvula
de Hasner)
Fisiología:
El paso de la lagrima desde la
superfice del ojo a través de del sistema excretor depende de la permeabilidad
anatómica de todos los segmentos de las vías. Para q el líquido atraviese todo
el sistema los puntos deben estar en contigüidad anatomica al menisco de la
película lagrimal sobre la superficie del globo ocular. Así por capilaridad y probablemente por un
mecanismo de succión o de bomba lagrimal penetra la lágrima en los conductos,
esta acción del parpadeo seria resultado del parpadeo durante el cual se mueven
los músculos alrededor del saco lagrimal, creando variaciones de la presión
interna e impulsando las lágrimas a través de los puntos lagrimales siendo el
70% de las lagrimas excretadas por el punto inferior.
Patologías más frecuentes.
Dacriostenosis Estrechamiento del conducto nasolagrimal, causado
frecuentemente por malformaciones congénitas o infecciones.
Etiología, síntomas y signos
La dacriostenosis
congénita suele presentarse entre las 3 y 12 sem de edad como epífora de
uno o, más raramente, ambos ojos (epífora es el lagrimeo persistente debido a
un exceso de lágrima que cae por la mejilla desde el borde palpebral). El
comienzo más tardío y la ausencia de secreción purulenta diferencian la
dacriostenosis congénita de la dacriocistitis neonatal provocada por
instilación de nitrato de plata o por infección bacteriana.
La dacriostenosis
adquirida con epífora puede ser consecuencia de la obstrucción
inflamatoria del conducto por infecciones crónicas del saco lagrimal o por
conjuntivitis graves o crónicas. Otras causas de obstrucción incluyen la
desviación de tabique, la rinitis hipertrófica, los pólipos nasales, la
hipertrofia del cornete inferior o la dacriostenosis congénita residual. La
fractura de la nariz o de los huesos faciales también pueden producir
obstrucción mecánica. La estenosis prolongada suele originar infección del saco
lagrimal (Dacriocistitis, v. más adelante). La presión sobre el saco lagrimal a
menudo provoca un abundante reflujo de moco o pus por el punto.
La dacriostenosis congénita suele resolverse
espontáneamente hacia los 6 meses de edad. La expresión del saco lagrimal hacia
el conducto nasolagrimal mediante masaje con la punta del dedo dos veces al día
puede acelerar la resolución; puede ser necesario el uso intermitente de
colirios antibióticos si hay infección recidivante. Si no se soluciona espontáneamente,
debe dilatarse el punto y sondarse el sistema lagrimal, para lo que suele
requerirse una anestesia general ligera en niños pequeños.
En la dacriostenosis
adquirida, se instila un anestésico local, como la proparacaína al 0,5%, y
se dilata el punto lagrimal. Se irriga suavemente el sistema lagrimal con suero
salino isotónico a través de una cánula fina introducida en el canalículo (si
se añade una gota de fluoresceína al suero, la obstrucción nasal se detecta más
fácilmente). Si falla esta técnica, la vía lagrimal puede permeabilizarse
mediante sondaje. El uso de sondas de tamaño creciente seguido de irrigación
con suero salino isotónico estéril puede resolver con éxito obstrucciones
incompletas. No obstante, en caso de obstrucción completa, se requiere la
comunicación quirúrgica del saco lagrimal con la cavidad nasal.
Dacriocistitis Infección del saco lagrimal. La dacriocistitis suele
ser secundaria a dacriostenosis (v. más atrás).
Síntomas y signos
La dacriocistitis
aguda provoca dolor, enrojecimiento y edema en el área del saco lagrimal,
epífora, conjuntivitis, blefaritis, fiebre y leucocitosis. Las inflamaciones
agudas recidivantes terminan produciendo enrojecimiento y esclerosis de la piel
suprayacente.
En la dacriocistitis
crónica, el único síntoma puede ser una discreta tumefacción del saco; si
se presiona, puede regurgitar pus por el punto lagrimal. El saco puede quedarse
distendido por las secreciones retenidas, formando un gran mucocele. Si se
forma un absceso, puede romperse y originar una fístula de drenaje.
Tratamiento
La dacriocistitis
aguda se trata mediante la aplicación frecuente de paños calientes,
cefalexina, 500 mg v.o. cada 6 h en casos leves, o cefazolina, 1 g i.v. cada 6
h en casos graves, e incisión y drenaje si se forma un absceso. Se puede
cambiar el antibiótico sistémico cuando se disponga del resultado del cultivo.
La dacriocistitis
crónica puede tratarse dilatando el conducto lagrimal con una sonda usando
un anestésico local, como la proparacaína al 0,5% o la tetracaína al 0,5%.
Deben tratarse las alteraciones nasales o de los senos que contribuyan a la
obstrucción nasolagrimal. Si fracasa este tratamiento, puede ser necesario
recurrir a la intubación nasolagrimal, la dacriocistorrinostomía o la
extirpación del saco.
Referencias bibliográficas
-
Manual de
Medicina Merck Décima edición.
-
Principios
básicos de oftalmología en atención primaria, Juan Ramon Toribio O. tercera
edición Santiago de Chile 2004
-
The Green
Book Manual de Diagnóstico y tratamiento 11º edición
-
Oftalmología,
Jaime Alemañy, Rosendo Villar, Segunda edición, La Habana, Cuba 2003
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